jueves, 21 de junio de 2007

PEDRO SALINAS

Pedro Salinas Serrano (Madrid, 27 de noviembre 1892Boston, 4 de diciembre 1951) es un escritor españolpoesía y ensayos. Se le adscribe a la generación del 27. - conocido sobre todo por su


Biografía


Hijo de un comerciante en géneros, Pedro Salinas Elmas, y de Soledad Serrano Fernández. Estudió derecho y filosofía y letras. Su vida estuvo dedicada a la docencia universitaria, que comenzó como lector de español en La Sorbona desde 1914 a 1917; allí se doctoró en Letras y adquirió un gran amor por la obra de Marcel Proust, de cuyo À la recherche du temps perdu tradujo al castellano los tres primeros volúmenes.

Se casó en 1915 con Margarita Bonmatí Botella, una alicantina natural de Santa Pola e hija de un industrial con destilerías en Argel. Salinas le escribió cada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en Cartas de amor a Margarita (1912-1915) por su hija Soledad Salinas; también tuvo otro hijo, Jaime Salinas, editor y escritor, que ha ganado el premio Comillas de biografía por su libro Travesías: Memorias (1925-1955).

En 1918 Pedro gana una cátedra en la Universidad de Sevilla (donde tuvo como alumno a Luis Cernuda) y entre 1922 y 1923 enseñó en Cambridge; pasó luego a la de Murcia (1923-1925). En 1925 publicó una versión modernizada del Cantar de Mio Cid. En 1926 pasó a la Universidad de Madrid donde fundará en 1932 la revista Índice Literario para dar cuenta de las novedades literarias hispánicas. También escribió en Los Cuatro Vientos. Entre 1928 y 1936 fue investigador del Centro de Estudios Históricos, donde se encargó de la sección de literatura moderna.

Fue nombrado profesor de la Escuela Central de Idiomas y secretario general de la Universidad Internacional de Verano de Santander. Allí conoció en el verano de 1932 a una estudiante norteamericana, Katherine R. Whitmore, que sería luego profesora de lengua y literatura española en Berkeley y Northampton, Massachusetts; ella es la destinataria de su trilogía poética La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento; este romance se mantuvo aún cuando Katherine regresó a Estados Unidos para proseguir sus estudios, en forma epistolar; volvió para el curso académico 1934-1935, pero la mujer de Salinas descubrió el affaire e intentó suicidarse. Ante esto Katherine intentó poner fin a la relación, pero la Guerra Civil y el exilio del vate en Norteamérica, dificultaron estos propósitos; de todas formas, en 1939 Katherine se casó con su colega Brewer Whitmore y, aunque tuvo aún esporádicas noticias sobre Salinas, la conexión se rompió definitivamente. Se vieron por última vez en 1951, y Katherine falleció en 1982; autorizó sin embargo la publicación de su Epistolario con Salinas, guardado en la biblioteca de la Universidad de Harvard, siempre que fuera 20 años después de su muerte y se omitieran las que ella le envió. Las de Salinas son unas trescientas, testimonio de una relación que duró quince años hasta que concluyó en 1947.

Pedro Salinas pasó algunas vacaciones de verano en un pueblo de Alicante, Altet, pedanía de Elche, donde su mujer poseía una hacienda familiar, de nombre "Lo Cruz". Sostuvo una temprana, duradera y gran amistad con Jorge Guillén, de trayectoria muy parecida a la suya y con quien inició un activo epistolario que también ha sido publicado. Menos conocida es la amistad que sostuvo con Miguel Hernández, cuyo libro Perito en lunas saludó y promocionó en una reseña publicada en Índice literario, núm. 2 de 1933.

La Guerra Civil Española le sorprende en Santander como secretario en la Universidad Internacional de Verano (lo fue entre 1933 y 1936). Marcha a América para enseñar en la universidad de Wellesley College y en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, en Estados Unidos. En el verano de 1943 se trasladó a la Universidad de Puerto Rico. En 1946 regresa a su cátedra de la Universidad Johns Hopkins. Fallece en Boston el 4 de diciembre de 1951 y está enterrado en San Juan de Puerto Rico.


Poética y evolución

Define la poesía como un ahondamiento en la realidad, "una aventura hacia lo absoluto. Se llega más o menos cerca, se recorre más o menos camino: eso es todo". Reduce a tres los elementos de su creación: "Estimo en la poesía, sobre todo, la autenticidad. Luego, la belleza. Después, el ingenio" Y en efecto, en Salinas el sentimiento y la inteligencia se hermanan de modo singular: cada uno permite ahondar en el otro. De ahí que, según Leo Spitzer, la principal característica de su arte consista en el "conceptismo interior", que se manifiesta en paradojas y condensación de conceptos. Prefiere los versos cortos y sobre todo la silva, y renuncia casi siempre a la rima. La aparente sencillez de sus versos hizo que Lorca les llamase prosías.

La obra poética de Salinas suele dividirse en tres etapas:

  • La etapa inicial (1923-32) está marcada por la influencia de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y los ecos de las vanguardias futurista y ultraísta. La idea de la depuración y perfección poéticas y el protagonismo que van cobrando en ella los temas amorosos perfilan lo que será su etapa de plenitud. Pertenecen a esta etapa Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931).
  • La etapa de plenitud (1933-39) está formada por la trilogía amorosa inspirada en su amor por una estudiante estadounidense que conoció en España: La voz a ti debida, cuyo título está tomado de un verso de la Égloga tercera de Garcilaso de la Vega, Razón de amor y Largo lamento, cuyo título está tomado de un verso de Gustavo Adolfo Bécquer. Todos estos versos están escritos en heptasílabos blancos o sin rima, pero progresivamente van añadiéndose endecasílabos hasta que la proporción se invierte en el último libro. Se usa frecuentemente de la enumeración y existe cierto tono conceptista ("Todo quiere ser dos", "Serás, amor, un largo adiós que no se acaba" etc...)
La voz a ti debida (1933) presenta la historia de una pasión amorosa, desde su nacimiento hasta el final.
Razón de amor (1936) examina lo que queda del amor cuando éste acaba. La pasión y el dolor de la separación son, por lo tanto, los temas centrales del libro.
Largo lamento (1939) continúa la línea marcada en las obras anteriores.
  • La etapa del exilio (1940-51) está formada por El contemplado (1946), extenso poema en que dialoga con el mar de San Juan de Puerto Rico; Todo más claro y otros poemas (1949), donde trata el tema de la creación a través de la palabra, y su obra póstuma Confianza (1955), afirmación gozosa de la realidad vivida.

Prosa

Su trayectoria prosística comienza con Vísperas del gozo (1926), obra inscrita en la línea vanguardista de la época. Salinas abandona la narrativa durante veinticinco años, y sólo al final de su vida se reincorpora a ella con La bomba increíble (1950), novela sobre los horrores de la bomba atómica, y El desnudo impecable y otras narraciones (1951).

Su depurada formación universitaria y su agudo sentido crítico fueron esenciales en los ensayos sobre literatura -Literatura española. Siglo XX (1940), Jorge Manrique o tradición y originalidad (1947), La poesía de Rubén Darío (1948)- y en las ediciones de Fray Luis de Granada y San Juan de la Cruz.

Obras poéticas

  • Presagio, M., Índice, 1923.
  • Seguro azar, M., Revista de Occidente, 1929.
  • Fábula y signo, M., Plutarco, 1931.
  • La voz a ti debida, M., Signo, 1933.
  • Razón de amor, M., Ediciones del Árbol; Cruz y Raya, 1936.
  • Error de cálculo, México, Imp. Miguel N. Lira, 1938.
  • Lost Angel and other poems, Baltimore, The John Hopkins Press, 1938 (Antología bilingüe con poemas inéditos. Trad. de Eleanor L. Thurnbull).
  • Poesía junta, Bs. As., Losada, 1942.
  • El contemplado (Mar; poema), México, Nueva Floresta; Stylo, 1946.
  • Todo más claro y otros poemas, Bs. As., Sudamericana, 1949.
  • Poesías completas, M., Aguilar, 1955 (Incluye el libro inédito Confianza).
  • Poesías completas, M., Aguilar, 1956 (Edición de Juan Marichal).
  • Volverse sombra y otros poemas, Milán, All'insegna del pesce d'oro, 1957.
  • Poesía completas, B., Barral, 1971.

Otras obras

  • Cartas de amor a Margarita (1912-1915), edición de Soledad Salinas de Marichalar, (Madrid: Alianza Editorial, 1986).
  • Cartas a Katherine Whitmore. Epistolario secreto del gran poeta del amor (Barcelona: Tusquets, 2002).
  • El defensor. Alianza Editorial. Madrid (2002)
RESPUESTA A LA LUZ

Sí, sí, dijo el niño, sí.
Y nadie le preguntaba.
¿Qué le ofrecías, la noche,
tú, silencio, qué le dabas
para que él dijera a voces,
tanto sí, que sí, que sí?
Nadie le ofrecía nada.
Un gran mundo sin preguntas,
vacías las negras manos
—ámbitos de madrugada—,
alrededor enmudece.
Los síes —¡qué golpetazos
de querer en el silencio!—,
las últimas negativas
a la noche le quebraban.
Sí, sí a todo, a todo sí,
a la nada sí, por nada.

Allá por los horizontes
sin que nadie —el sólo: nadie—
la escuchara, sigilosa
de albor, rosa y brisa tierna,
iba la pregunta muda,
naciendo ya, la mañana.

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