DESDE MI VENTANA
¡No te alejes luz!
¡no me dejes sólo!
que el hombre sólo no vive,
no te alejes, no te alejes...
Que las tinieblas me acosan,
me asustan y me cobijo
cuando puedo cobijarme
en tus luminosos brazos.
no me dejes ni un momento
en la penumbra maldita,
que la penumbra me aterra
y me vuelvo desconfiado.
¡maldigo la noche fría!
y el dolor que me produce
ver como todo se calla,
ver como todo se muere.
No apartes de mí tu cuerpo
que tu cuerpo me enriquece,
como enriquecen las flores
cuando acaricias sus pétalos.
No te apartes de mi lado
para que brillen mis ojos
como brillan las marismas,
los lagos y los océanos.
No te alejes porque ahora
dormiré en tu blanco espacio,
recomponiendo mi vida
y acostado en tu regazo.
¿pero porqué no haces caso
y te alejas de mi lado?
Miro desde mi ventana,
no escuchaste mi plegaría
y te has ido sigilosa.
Ahora cerraré mis ojos
y acabaré entre las sombras
esperando que regreses
aquí, desde mi ventana.
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